27 septiembre 2006

La carga a cuestas

Todo cambiaría súbitamente al empezar los recortes de personal de la fábrica de embutidos en donde Rojo trabajaba desde hacía un tiempo. ¡Y en qué época más difícil para encontrar un trabajo nuevo!...

Y las obligaciones, la niña de apenas año y medio…

¿Qué opción, qué opción?

Luego de una incesante búsqueda y cero respuestas, llega un momento de tomar decisiones difíciles:

- “Mis papás ofrecieron quedarnos en su casa…para mientras…”, dijo Rojo casi en un suspiro.

Y en ese momento le parecía a Rojo la única decisión, aunque no la mejor, pero sí la única que encontraba. Karen no estaba muy de acuerdo, pues no tenía buena relación con la mamá de Rojo, le resentía su actitud respecto de la repentina boda…Y tampoco tenía buen augurio sobre la difícil decisión, sin embargo, no encontrando otra salida, asintió implícitamente…

Pasarían tres o cuatro años antes de que Rojo lograra encontrar un trabajo estable y tuviera acceso a un hogar algo más independiente. El negocio del taller de costura que llevara a cabo con varios familiares, llegó al fracaso económico justo antes de que se abriera la posibilidad laboral con la transnacional mexicana y unos meses antes también del nacimiento de Alonso, su segundo hijo…

Los años atrás habían sido difíciles y habían dejado profundas huellas en Karen, pero, a pesar de haberse sentido devastada y culpar a Rojo por la decisión aquella, seguía con él, algo que ninguna otra hubiera hecho. Habiendo estado en el ojo del huracán, todavía no entendía porqué Rojo era como era y actuaba como lo hacía…pero un estrecho lazo los unía, más allá de lo razonablemente comprensible…

La peor parte, inconscientemente, la llevaba la pequeña Daniela, para quién crecer en un ambiente tan inestable debió ser difícil…llevaría eso latente, si…

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