¿Qué era el perdón para Rojo? Había intentado romper con el pasado mediante el “perdón”: olvidar lo malo, rescatar lo bueno y seguir adelante. “Sí… no es tan difícil”, habría pensado…
Sin embargo, el perdón que conocemos normalmente, no es más que resignación, y la resignación no era suficiente para acabar con un dolor que todavía lo ataba, aún tras haber roto las cadenas del resentimiento, del rencor, del odio…
Hacía algunos años había entrado a un “grupo de ser feliz”, como lo llamaba Juanita, la profesora. Se trataba de un curso que pretendía ayudar a mejorar cada individuo de manera integral, holística. Aunque fué un reto para Rojo desde el inicio, el curso significó un despertar para su vida. Aprendió tantas pequeñas cosas, que lo llevarían luego a descubrir otras grandes cosas…
Entre esas enseñanzas, retomaba ahora en su vida el perdón…desde un punto de vista interno…
Había escrito en su libreta de apuntes:
“La necesidad de perdonar, es un condicionamiento que surge de nuestra propia egolatría. Si adquirimos consciencia de que, cuando alguien nos hiere o sentimos que nos ha hecho daño, simplemente está exponiendo nuestras debilidades e inconsistencias, entonces entenderemos que no hay necesidad de perdonar, sino de agradecer a quien nos ha mostrado el aspecto con el cual debemos trabajar para ser una mejor persona...
al ocultarse,
sólo el horizonte
queda sobre el mar”
Respecto de los poemas que había colocado en el foro, en forma individual, había escrito también una carta a la directora, Maitia. Al final de la carta, le comentaba:
“…Perdonar, olvidar, evadir… no sirve de nada…solo cuando las cosas se exponen en su desnudez y las enfrentamos, a costa de todo ese miedo extremo, ese dolor que representa y que vivimos, sólo entonces podemos sanar y salir victoriosos. Debemos desechar antiguas vestiduras y aceptar las nuevas vestiduras que nos brinda la vida…el día es hoy… además de la muerte, lo único que tenemos seguro aquí… es eso…el aquí y ahora…la vida en un haiku…”
Y eso era en lo que venía trabajando…limpiar su vida, silenciarla, desaparecer su ego, renacer en la naturaleza…Se daba cuenta que debía trabajar con su autoestima y con su autodeterminación…El haiku significaba mucho y se había convertido en una nueva herramienta de trabajo…
Sin embargo, lo más importante que había encontrado Rojo era nuevos amigos, maestros y compañeros…y con ellos encontraba el respeto, la entrega, la pasión y la comprensión que tanto necesitaba y que fortalecían su caminar…
Su corazón se llenaba de amor con todos ellos…
25 octubre 2006
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1 comentario:
Rojo... me has emocionado. No lo había leído aún.
Vos también sos un ángel en mi camino, no sólo un GRAN AMIGO, sino verdaderamente el ser ESPECIAL que cada día confirmo que sos...
Me siento muy orgullosa de vos, de poder transitar este camino con tu compañía.
Verdaderamente, no importan las distancias, sino tener el alma pura y el corazón abierto...
Besotes!
Claudia.-
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