12 septiembre 2006

Daniela

Eran las cuatro de la madrugada…Rojo despierta de repente y Karen, agitada, sentada contra el respaldar de la cama…

-¿Qué pasó? ¿Llegó el momento?

-Creo que si…

Doce horas después lloraba en la sala de partos la niña más linda que Rojo haya visto, y él también lloraba de felicidad, era como un sueño para él...

-¡Cántele la canción que usted le cantaba! –Repicó la abuela, que justo llegaba con la hora de visita.

- Ei-bi-ci-di-i-ef-yi...-el silencio poco a poco innundó la habitación, los pequeños ojillos negros, algo vidriosos, hicieron un giro de búsqueda…luego de nuevo los llantos.

-Disculpen, debo ponerla en la incubadora…¡Bah! La enfermera…

Rojo la miraba, y miraba a Karen en ella, los colochitos, esos colochitos…Lloraba y le hablaba, sin importarle el abismo que creaba la incubadora entre ellos.

Esa niña era toda rosa, clarito, como el de los algodones de azúcar o como el de los marsmelos…de ese color que inspira suavidad, delicadeza, ternura y olor a dulce…

Rosa, si…un color también derivado del rojo…

Y rosa también era aquella época, la más feliz que se recuerda, si...

El apartamento...tan chico, pero tan lleno de amor, todo tan lindo y tan sencillo…aunque fuera en la superficie, pero sí era lindo...

1 comentario:

Fanega dijo...

Rojo!

Saludos desde Caracas...

¿Tuviste una beba el 12 de septiembre? ¿Si? ¡Felicitaciones!

Yo también... Clarita... el 12 de septiembre... pero del 94.. ;-)

Y luego Kico, en marzo del 97... y luego Juanchi, en agosto del 98...

Paz y Bien...